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Este blog es para ayudar a los Cristianos que saben que no deben pagar por su Salvación pero se sienten confundidos por la mentira de un diezmo en efectivo. Es ridídulo asumir que un novio le va a pedir 10% del ingreso a su prometida. De igual manera Jesús (El Novio) JAMÁS ha pedido que Su Iglesia (La Novia) le pagara un diezmo en efectivo. No existe manera de merecer el amor de Dios sin embargo El nos ama. Tal amor es incomprensible. Solo resta humillarnos y rendirnos a El sin pretexto alguno.

martes, 7 de octubre de 2025

Ojo por Ojo

 

Vea este mensaje en YouTube https://youtu.be/gZ8zdh9WPv0


Hola, soy el Pastor Amós y este es el estudio: Ojo por ojo.

 Un hombre dijo una vez: «Un ojo por un ojo, haría que el mundo entero quede ciego».  Desafortunadamente para ese hombre, él era ciego a los tesoros divinos que contienen estas palabras.

 La primera mención del ojo por ojo se encuentra en Éxodo 21:22-25.  Esta lectura otorga al feto el mismo valor que a un hombre adulto.  De modo que el ojo de un feto, aunque aún no esté completamente desarrollado, tiene el mismo valor para Dios que nuestros ojos.  Por lo tanto, la primera mención del ojo por ojo en la Biblia nos permite ver el incuestionable valor que tienen los que están por nacer.

 La segunda mención del ojo por ojo se encuentra en Levítico 24:17-23.  Esta lectura hace que el mandamiento del ojo por ojo sea aplicable a todos nosotros.  De esta manera Dios atribuye el mismo valor a todo ser humano en este mundo, no solo a los judíos.  Mediante el ojo por ojo, Dios nos coloca (a los gentiles) en el mismo valor que a su pueblo escogido.

 O sea, la ley del ojo por ojo elimina el racismo.  En efecto, es como decir, no importa de qué país, religión u origen étnico provengas, yo no valgo más que usted, y usted no vale más que yo.

 De manera que, un ojo marrón vale tanto como un ojo azul.  El pelo lanudo vale tanto como los rizos rubios.  El negro vale tanto como el blanco.  Y, una mujer vale tanto como un hombre; así, el ojo por ojo también elimina el sexismo.

 La ley del ojo por ojo incluso elimina la discriminación a los ancianos.  El ojo anciano que ha perdido la capacidad de ver, tiene el mismo valor como el ojo joven que puede ver sin anteojos.  O sea, un anciano vale tanto como un joven.  Y así sucesivamente…  Por ejemplo, el pobre vale tanto como el rico.  Los trabajadores del oficio valen tanto como los que tienen un alto nivel educativo.  Etcétera.

 Una de las herramientas utilizadas en la esclavitud y el genocidio es la deshumanización o devaluación del prójimo.  Quienes hemos sido víctimas de esto deberíamos acoger con agrado los tesoros divinos del ojo por ojo.  Por ende, quien se burla del ojo por ojo queda de lado de los racistas, los exaltados, los que se creen ser superiores por ser blancos, y todos aquellos que no pueden ver al prójimo como su igual.

 Por cierto, debo decirles que Dios Todopoderoso NO es blanco.  Léanlo en Apocalipsis 4:3a.  Aquí les presento un ejemplo conservador del color de Dios.

 La tercera mención del ojo por ojo se encuentra en Deuteronomio 19:21.  Esta lectura refuerza la equidad de la ley.  O sea, tenemos un sistema de justicia, pero no tenemos igualdad dentro de él.  Por ejemplo, he oído de asesinos que cumplen solo cinco años de prisión por haber matado a alguien.  Podríamos llamar eso justicia, pero dista mucho de ser equitativo.  En muchos de estos casos la familia de la víctima debe llorar en silencio, mientras el asesino disfruta de la vida.  Podría ser que, debido a nuestra deficiencia judicial, muchos de nosotros no entendamos que el ojo por ojo también significa justicia igualitaria.

 Durante la teocracia, y otras antiguas formas de gobierno israelí que le siguieron, el ojo por ojo era necesario para evitar los pleitos que surgían cuando alguien tomaba venganza o intentaba ser restaurado.  Esto es importante debido a nuestra tendencia a castigar desproporcionadamente el mal ajeno.  Por lo que, el ojo por ojo no nos permite ir más allá del daño recibido, poniéndole freno a nuestra ira.  Esto hace que el ojo por ojo sea una forma de evitar las guerras.

 Aquí les presento un ejemplo, tomado de nuestra época, de lo que puede salir mal:

 El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, el 28 de junio de 1914, desencadenó la Primera Guerra Mundial.  El número de fallecimientos militares y civiles en la Primera Guerra Mundial fue de aproximadamente 40 millones.  Por lo tanto, la aplicación de la ley del ojo por ojo habría salvado a 40 millones de vidas.  De haber tenido la oportunidad, estos 40 millones de seres humanos habrían preferido que se aplicara la ley del ojo por ojo a los asesinos de un solo hombre, antes que morir en una guerra tan horrible y sangrienta.

 La cuarta y última mención del ojo por ojo se encuentra en Mateo 5:38.  En esta lectura, Jesús pone fin al mandamiento.  Es como decir: «En lugar de ojo por ojo, trabajemos en el reino de la gracia».

 Ahora bien, no digo que debamos reintroducir la práctica del ojo por ojo, ni que debamos universalizar la pena de muerte.  Lo que estoy diciendo es que debemos respetar la Palabra de Dios.  Muchas de las declaraciones que escuchamos sobre el ojo por ojo y otras Escrituras son, como mínimo, sarcásticas.  Y debemos ser muy cautelosos antes de alinearnos con cualquiera que menosprecie lo que Dios ha dicho.

 Porque, en primer lugar, Él es Dios; y en segundo lugar cada palabra que sale de Su boca es vida para nosotros.

 El objetivo de este estudio es que honremos la Palabra de Dios por encima de todos los que están en este mundo, y sobre todo lo que hay en este mundo.  Debemos tener mucho cuidado de no usar la palabra de Dios en vano.

 Gracias por escuchar.  Hasta la próxima, que Dios le bendiga.