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Hola, soy el
Pastor Amós y este es el estudio: Ojo por ojo.
Un hombre dijo
una vez: «Un ojo por un ojo, haría que el mundo entero quede ciego». Desafortunadamente para ese hombre, él
era ciego a los tesoros divinos que contienen estas palabras.
La primera
mención del ojo por ojo se encuentra en Éxodo 21:22-25. Esta lectura otorga al feto el mismo valor
que a un hombre adulto. De modo que el
ojo de un feto, aunque aún no esté completamente desarrollado, tiene el mismo
valor para Dios que nuestros ojos. Por
lo tanto, la primera mención del ojo por ojo en la Biblia nos permite ver el incuestionable
valor que tienen los que están por nacer.
La segunda
mención del ojo por ojo se encuentra en Levítico 24:17-23. Esta lectura hace que el mandamiento del ojo
por ojo sea aplicable a todos nosotros.
De esta manera Dios atribuye el mismo valor a todo ser humano en este
mundo, no solo a los judíos. Mediante el
ojo por ojo, Dios nos coloca (a los gentiles) en el mismo valor que a su pueblo
escogido.
O sea, la ley
del ojo por ojo elimina el racismo.
En efecto, es como decir, no importa de qué país, religión u origen
étnico provengas, yo no valgo más que usted, y usted no vale más que yo.
De manera que, un
ojo marrón vale tanto como un ojo azul.
El pelo lanudo vale tanto como los rizos rubios. El negro vale tanto como el blanco. Y, una mujer vale tanto como un hombre; así, el
ojo por ojo también elimina el sexismo.
La ley del ojo
por ojo incluso elimina la discriminación a los ancianos.
El ojo anciano que ha perdido la capacidad de ver, tiene el mismo valor
como el ojo joven que puede ver sin anteojos.
O sea, un anciano vale tanto como un joven. Y así sucesivamente… Por ejemplo, el pobre vale tanto como el
rico. Los trabajadores del oficio valen
tanto como los que tienen un alto nivel educativo. Etcétera.
Una de las
herramientas utilizadas en la esclavitud y el genocidio es la deshumanización o
devaluación del prójimo. Quienes hemos
sido víctimas de esto deberíamos acoger con agrado los tesoros divinos del ojo
por ojo. Por ende, quien se burla del
ojo por ojo queda de lado de los racistas, los exaltados, los que se creen ser
superiores por ser blancos, y todos aquellos que no pueden ver al prójimo como
su igual.
Por cierto, debo
decirles que Dios Todopoderoso NO es blanco.
Léanlo en Apocalipsis 4:3a. Aquí les
presento un ejemplo conservador del color de Dios.
La tercera
mención del ojo por ojo se encuentra en Deuteronomio 19:21. Esta lectura refuerza la equidad de la
ley. O sea, tenemos un sistema de
justicia, pero no tenemos igualdad dentro de él. Por ejemplo, he oído de asesinos que cumplen
solo cinco años de prisión por haber matado a alguien. Podríamos llamar eso justicia, pero dista
mucho de ser equitativo. En muchos de
estos casos la familia de la víctima debe llorar en silencio, mientras el
asesino disfruta de la vida. Podría ser
que, debido a nuestra deficiencia judicial, muchos de nosotros no entendamos
que el ojo por ojo también significa justicia igualitaria.
Durante la
teocracia, y otras antiguas formas de gobierno israelí que le siguieron, el ojo
por ojo era necesario para evitar los pleitos que surgían cuando alguien tomaba
venganza o intentaba ser restaurado.
Esto es importante debido a nuestra tendencia a castigar
desproporcionadamente el mal ajeno. Por
lo que, el ojo por ojo no nos permite ir más allá del daño recibido,
poniéndole freno a nuestra ira. Esto
hace que el ojo por ojo sea una forma de evitar las guerras.
Aquí les presento
un ejemplo, tomado de nuestra época, de lo que puede salir mal:
El asesinato del
archiduque Francisco Fernando de Austria, el 28 de junio de 1914, desencadenó
la Primera Guerra Mundial. El número de
fallecimientos militares y civiles en la Primera Guerra Mundial fue de
aproximadamente 40 millones. Por lo
tanto, la aplicación de la ley del ojo por ojo habría salvado a 40 millones de
vidas. De haber tenido la oportunidad,
estos 40 millones de seres humanos habrían preferido que se aplicara la ley del
ojo por ojo a los asesinos de un solo hombre, antes que morir en una
guerra tan horrible y sangrienta.
La cuarta y
última mención del ojo por ojo se encuentra en Mateo 5:38. En esta lectura, Jesús pone fin al
mandamiento. Es como decir: «En lugar de
ojo por ojo, trabajemos en el reino de la gracia».
Ahora bien, no
digo que debamos reintroducir la práctica del ojo por ojo, ni que debamos
universalizar la pena de muerte. Lo que
estoy diciendo es que debemos respetar la Palabra de Dios. Muchas de las declaraciones que escuchamos
sobre el ojo por ojo y otras Escrituras son, como mínimo, sarcásticas. Y debemos ser muy cautelosos antes de
alinearnos con cualquiera que menosprecie lo que Dios ha dicho.
Porque, en primer
lugar, Él es Dios; y en segundo lugar cada palabra que sale de Su boca es vida
para nosotros.
El objetivo de
este estudio es que honremos la Palabra de Dios por encima de todos los que
están en este mundo, y sobre todo lo que hay en este mundo. Debemos tener mucho cuidado de no usar la
palabra de Dios en vano.
Gracias por
escuchar. Hasta la próxima, que Dios le
bendiga.