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Este blog es para ayudar a los Cristianos que saben que no deben pagar por su Salvación pero se sienten confundidos por la mentira de un diezmo en efectivo. Es ridídulo asumir que un novio le va a pedir 10% del ingreso a su prometida. De igual manera Jesús (El Novio) JAMÁS ha pedido que Su Iglesia (La Novia) le pagara un diezmo en efectivo. No existe manera de merecer el amor de Dios sin embargo El nos ama. Tal amor es incomprensible. Solo resta humillarnos y rendirnos a El sin pretexto alguno.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Jesús es Nuestro Diezmo


Vea este mensaje en YouTube: 
https://youtu.be/dOmoj7F2Kdc



Jesús es Nuestro Diezmo



Hola, soy el Rev. Amós Ortiz, y este es el estudio titulado Jesús es nuestro Diezmo.

Hoy aprenderemos que, aunque no hay Versículo Bíblico que lea, ‘Jesús es nuestro diezmo’, la Biblia si nos enseña que Jesús es nuestro diezmo.  Este concepto no es nuevo para nosotros; por ejemplo, todos sabemos que la palabra Trinidad no existe en la Biblia, pero la Biblia si nos enseña de la Santa Trinidad.

Nuestro texto de estudio se encuentra en Deuteronomio 12:11.  Aquí Dios está instruyendo a los Israelitas sobre los Sacrificios anuales, y Él les dice, “allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos [y] las ofrendas elevadas

De acuerdo a nuestro texto de estudio; Dios les dijo que se presentaran ante El y que tenían que, “llevar todas las cosas” que El mando.  Incluidos estaban los diezmos como parte necesaria de los Sacrificios para recibir el perdón de pecados.

Sabemos que Jesús también se presentó ante El Padre.  En Juan 20:17a leemos, “Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre.”

Entonces debemos preguntarnos: ¿hubiera Dios exigido menos de Su Hijo Jesús, que lo que le exigió a los hombres?

¿Hubiera, Jesús (después de hacer el sacrificio máximo y conociendo que el destino humano estaba en sus manos) se hubiera presentado Él (Jesús) ante el Padre sin traer el diezmo?  ¿Hubiera Jesús desobedecido la Ley de Su Padre?

Si Jesús se hubiera presentado ante El Padre sin traer el diezmo, Su Sacrificio (el cual fue por ti y por mi) hubiera estado incompleto y de acuerdo a la Ley, inaceptable ante Dios.  Por esto conocemos que Jesús pagó nuestro diezmo porque Jesús pagó el precio completo de nuestra redención.

Siendo cristianos, cuando decimos, ‘tengo que diezmar a Dios’ estamos declarando que el Sacrificio de Jesús esta incompleto.

Además, el diezmo hecho en efectivo, pisotea el Cuerpo y la Sangre de Cristo, porque un diezmo en efectivo indica que nuestro dinero es aceptable como substituto del Cuerpo y la Sangre de Cristo.  Les explicaré esto…

Malaquías 3:10a, lee, “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa.”  La palabra ‘alimento’ en Malaquías 3:10 nunca debe ser usada para referirse a dinero, ¡porque alimento y dinero son dos cosas muy distintas!  Esta Escritura es inspirada por el Espíritu Santo.  El Espíritu Santo no se equivocó, El no cometió error en Su inspiración; alimento es alimento, ¡y no dinero!

Ahora, en Deuteronomio 14:23 Dios instruye a Su Pueblo a comer “delante de Jehová tu Dios… el diezmo.”  Por tanto, el diezmo es algo comestible.

¿Se puede imaginar a los creyentes en Malaquías 3:10 comiendo dinero delante de Jehová su Dios?  Por supuesto que no… el diezmo es comida.

Jesús también es comida.  El mismo se llamó el Pan de Vida.  Jesús dijo en Juan 6:53, “De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.”

Así como los Israelitas comían el diezmo delante de Dios; cuando nosotros participamos en la Santa Comunión estamos comiendo nuestro diezmo (el Cuerpo y la Sangre de Cristo) delante de nuestro Dios.  Esto nos indica que la Biblia si enseña que Jesús es nuestro diezmo.  El diezmo era otra tipología de nuestro Señor Jesús.  Esta misma lección se encuentra en la Pascua.  El Sacrificio Pascual era comido por los que recibían el perdón de Dios.

Lamentablemente, el modernizado diezmo-en-efectivo, oculta esta enseñanza del Verdadero diezmo, el cual produce Vida; se llama Jesús.

Sin embargo, Malaquías 3:10 claramente específica, “y haya alimento en mi casa.”  ¡Dios es Espíritu y hoy (ahora mismo) nosotros somos Su casa!  2nd Timoteo 1:14b lee, “el Espíritu Santo que mora en nosotros.”  Así como la casa mencionada en Malaquías 3:10 necesitaba comida; de la misma manera la nueva morada de Dios necesita comida.  Y nosotros la alimentamos con Jesús.  Él es nuestro Maná que descendió del Cielo.

El viaje de Israel hacia la Tierra Prometida era una sombra de nuestro viaje hacia la Patria Celestial.  Mientras ellos anduvieron en el desierto, ¡comieron Maná y no diezmaron!  Ahora nos toca a nosotros el comer Maná.

Al llegar a la Tierra que fluye leche y miel, los Israelitas adoraron y diezmaron en el lugar que Dios escogió para ellos; pero el lugar que Dios ha escogido para nosotros es el Cielo.  Por esta razón Jesús le dijo a la mujer Samaritana que la hora había llegado cuando no importaba si el lugar de adoración era aquí o allá, porque ahora Dios busca adoradores que le adoren en Espíritu y en Verdad.

Cuando adoramos a Dios en Espíritu, no importa la cantidad de dinero que tengamos, porque el Espíritu no necesita de un local con bancos, instrumentos o pantallas exageradas.  Usted puede estar en el hogar de un hermano y estar adorando a Dios en el Espíritu, porque el Espíritu de Dios mora dentro de nosotros, no afuera.  Por conveniente, si tenemos este local para nuestra Iglesia, pero en realidad no hay que ir a un local específico para adorar a Dios en Espíritu.

Y si pensamos adorar a Dios en Verdad, entonces no debemos referirnos a la palabra ‘alimento’ en Malaquías 3:10 como si fuera dinero, porque eso es una mentira.

Dios nunca dijo, ‘Traed los diezmos y haya dinero en mi casa.’

La casa mencionada en Malaquías 3:10 no necesitaba dinero.  Había más que suficiente dinero en esa casa.  Tanto así que aun las paredes estaban cubiertas de oro puro.

Jesús dijo en Mateo 5:17, “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.”  Jesús cumplió la Ley del diezmo cuando presentó Su propio cuerpo y sangre en lugar de nuestro diezmo ante el Padre.

Por tanto, las demandas de la Ley del diezmo han sido cumplidas.  Y el precio de nuestra redención: consumado es.

Al igual que los discípulos de Juan el Bautista, muchos cristianos tienen dificultad comprendiendo estas cosas.  Por esto Jesús les explicó que nadie pone remiendo de paño nuevo (el cual representa el Nuevo pacto de la Gracia) en vestido viejo (el cual representa el Viejo pacto de la Ley) porque cuando tomamos el Nuevo pacto de la Gracia y lo ligamos con el Viejo pacto de la Ley perdemos ambas bendiciones.

Apreciado amigo, Jesús pagó todo el precio y hoy somos salvos, no por dar un porcentaje de nuestro ingreso a alguna iglesia, sino que somos salvos por fe, por la Gracia de Dios.  Yo te invito a que conozcas lo significante de Jesús como nuestro diezmo.  Y si aún no lo has hecho, te invito a que hagas una decisión por Cristo como Salvador de tu vida.  Y ten en mente que es totalmente gratis porque Dios te ama a ti; no a tu dinero.

Si te gustaría conocer más sobre el diezmo, o si deseas dar tu corazón a Cristo, favor de visitar el blog de nuestra Iglesia a la dirección de internet en el pizarrón y siéntase en libertad de dejar sus comentarios y preguntas.

Gracias por escuchar.

Dios le bendiga.



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