Con referencia a la sumisión de miembros
congregacionales quiero insertar esto… Parte del problema que tenemos con la
falta de sometimiento en los miembros de las congregaciones es que los Pastores
han malinterpretado lo que es un líder espiritual. Por ejemplo, conozco a
un Pastor que con altanería se dice ser el “jefe” de su iglesia. Este apropiamiento
de lo sagrado es torpe porque un jefe es alguien que paga dinero en efectivo
por la labor de un trabajador. Aun en casos de empresas grandes donde el
jefe es un encargado que le ha sido delegado autoridad, el sometido recibe
dinero. Pero en el caso de este pastor son los sumisos miembros de la
iglesia que están siendo obligados por medio de vana palabrería a dar el dinero
del sudor de su frente al tal “jefe.” Conozco a otro pastor que
irrespetuosamente se refiere a los que se van de su iglesia como, “esclavos
fugitivos”. Esto es totalmente opuesto a la Palabra de Dios, Juan 8:32, “conoceréis
la verdad, y la verdad os hará libres.” Con esa clase
de conducta, ¿para qué se van a quedar en su iglesia? He mencionado estos
ejemplos porque ellos demuestran una muy diferente y necesaria razón por las
cuentas que los pastores van a dar. Esta perspectiva no se predica ni
se escucha desde los púlpitos, empero soporta el plan Divino en que un día
hemos de juzgar ángeles. Los Pastores tienen la responsabilidad de
preparar la iglesia para este propósito. Por esto dice en Lucas 12:48b, “a
todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se
le haya confiado, más se le pedirá.”
Regresemos al mensaje…
Ahora llegamos a la mejor parte, donde aprendemos
lo estimada que su vida es para Dios. El propósito de todas tus lágrimas
y las injusticias que ha sufrido, será revelado. En el día del juicio, el
Altísimo te mirará como oveja escogida de su prado. Te levantarás y le
dirás a un ángel caído las palabras que muy pocos líderes, pastores, etcétera,
pueden decir. Van más o menos así, “nunca sentí al Espíritu de Dios
hablar a través de mi mientras predicaba. Yo era uno de esos que viví
tranquilo, ocupado en mis propios negocios. (1da Tesalonicenses
4:11). Sufrí muchas aflicciones, incluso el dolor inmenso de ver a mis
seres queridos morir. Y en todo esto supe que hay Dios y acepté Su
reinado sobre mí. Así que, ¡Tu, ángel caído, no tienes excusa!”
Esta clase de vida hace una gran diferencia a los
que tienen grandes testimonios de vidas transformadas de las drogas o del alcoholismo
o de visiones. Si, estos grandes testimonios nos son de gran valor a
nosotros porque nos dan esperanza y nos aumentan la fe. Es decir, si Dios
pudo ayudarles a ellos, sin duda nos puede salvar. Pero los que no hemos
tenido estas experiencias transformadoras, debemos saber que Dios tiene un plan
estratégico para los que han vivido procurando tener tranquilidad y ocupándose
en sus negocios, y trabajando con sus manos. De la manera que las
Escritura nos manda a hacer. (Vea 1da Tesalonicenses 4:11).
Ves, un gran testimonio de una vida librada de las drogas y la muerte, es
también una puerta abierta a ángeles que viéndose condenados se mostrarán
hostiles, acusando a Dios de iniquidad porque a ellos no se les dio una
oportunidad de ser transformados ni la posibilidad de tener sus pecados
perdonados. Entonces Dios viéndose acusado de iniquidad tiene que escoger
de entre las ovejas subordinadas que se sometieron a su Palabra, y pagaban sus
impuestos sin maldecir, etcétera, para que sea esa oveja tranquila la que juzgue
esos ángeles. En otras palabras, todos heredamos pecado-original y por
esto, todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
Romanos 3:23. Por tanto, cualquiera que sea la persona que decide dar la
espalda al pecado y arrepentirse, es de gran valor para el Señor, sin
considerar el grado o cantidad de pecados cometidos, sean estos muchos o pocos,
grandes o pequeños.
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