Como resultado
de juzgar a ángeles (y también por otras razones) tenemos diferentes funciones
en Cristo y en nuestra vida cotidiana. Existen diferentes rangos en los
seres celestiales (con Dios siendo la cabeza de todos), por tanto, es
discernible que alguien como
Moisés sea inadecuado para juzgar a un ángel subordinado que jamás estuvo al
comando de otros, aunque sí estuvo de acuerdo con el plan satánico de quitarle
el puesto a Dios. Un ángel de este nivel señalará a Moisés diciéndole,
‘¡te es muy fácil acusarme porque tu haz estado al cargo de millares, pero yo
jamás he disfrutado de ese privilegio!’ En toda probabilidad, Moisés
juzgará a algún ser celestial de alto rango.
Por esto, “a cada uno de
nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del
don de Cristo.” Efesios 4:7. Esto NO significa que Pastores y Predicadores
son mejores ante Dios. Aunque parezca increíble a nuestro entendimiento,
esto significa que los creyentes tranquilos que no disfrutan de las glorias
cristianas de este mundo (como
los cantantes, tele-evangelistas, estrellas cristianas, etc.) son de más
importancia en relación con el juicio final. Debido a su estilo de vida
subordinado, estos simple cristianos son estratégicos para el juicio de
Dios. Ves, en esta vida tendemos a mirar con menosprecio a los
subordinados del
pueblo. Por ejemplo, no pensamos noblemente de un trabajador de fábrica o
de taller. La gente no dice, ‘mi padre es un trabajador de fábrica’ con
el mismo orgullo que dirían, ‘mi padre es el administrador de la fábrica’.
Pero al igual que Lázaro y el rico, en la próxima vida estos subordinados del
pueblo encontrarán que han vivido de acuerdo al plan Divino. Esto no es
cierto porque lo digo yo; aquí lo tienen, directo de la Palabra de Dios.
“Por lo
cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio
dones a los hombres.” [Efesios 4:8] Los cautivos son los Pastores,
Predicadores Y Maestros de Su Palabra y los hombres que han recibido estos
dones son los miembros congregacionales que están sentados ante ellos. Por
tanto, de acuerdo con este versículo, ¡los líderes eclesiásticos de esta vida
son prisioneros cautivos! ¡Y los miembros congregacionales o subordinados
del pueblo son los que reciben a estos cautivos como regalos de parte de Dios!
Esto era una práctica común en tiempos de guerra. El rey victorioso
tomaba cautivos y se los regalaba a sus familiares, amigos, etc. Por esto
es que a los ministros se le conoce como
siervos del Señor. Nosotros los ministros y siervos preparamos el
alimento espiritual (como
este mensaje) para nutrir su alma .
El propósito es que su fe continúe creciendo a pesar de las dificultades de
esta vida y esto para prepararlo para el juicio venidero. Todo esto es
parte del
plan Divino y estratégico de guerra. Por esto es que los Pastores
tendremos que, “dar cuenta”
por nuestras acciones tocante a los miembros congregacionales (o subordinados del
pueblo) de la Iglesia. Escrito está en Hebreos 13:17a, “Obedeced a vuestros
pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas ,
como
quienes han de
dar cuenta.” Ves, los miembros subordinados del
Cuerpo de Cristo sólo darán cuenta por ellos mismo, pero los Pastores darán
cuenta por ellos y por los miembros congregacionales del
Cuerpo de Cristo.
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